Capítulo 6

¡Hola tributos! 

Pues aquí vengo hoy con el ¡capítulo 6! Estoy muy emocionada parece que este pequeñito proyecto está saliendo a flote. Ya hay siete seguidores, 43 comentarios y un poco más de 600 visitas ;D Además, ¡hoy la película The Hunger Games cumple un año de ser estrenada en USA!

No sé cuando podré volver a publicar por que me voy el miércoles al pueblo vacaciones al fin y ahí no hay wi-fi ¬¬ Supongo que el lunes o el martes podré pero no hay nada asegurado. ¡No me matéis!
Y ante todo, ¡disfrutar del capítulo!

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Entro a la habitación más lujosa que he visto en mi vida. Hay dos enormes sofás de terciopelo rojo en el centro de la sala, y a la derecha un cómodo sillón de color verde botella. Me dispongo a sentarme en el majestuoso sillón cuando entra mi madre acompañada de mis hermanos.
Todos nos quedamos quietos, excepto Posy que viene con los brazos abiertos hacia mí. No dice nada simplemente me abraza; su cabeza apenas me llega al estómago, en esa zona la camiseta se empieza a adherir al cuerpo a causa de las lágrimas de Posy.
Al cabo de unos segundos también se unen al abrazo mi madre, Rory y Vick.
-Gale, tenemos muy poco tiempo- dice mi madre separándose y conteniendo las ganas de llorar.
-Lo sé- afirmo en tono seco-. Venga Vick, Rory, Posy dejarme respirar que aún me voy a ahogar-. Mis hermanos se separan , pero Posy se niega a soltarme-. Bueno, pequeñaja, ven arriba- Y la cojo en brazos.
-Gale, sé que no puedes permitirte volver, que vas a hacer todo lo posible para que ella regrese. Intenta dar lo mejor de ti, pero que no te cambien. Sé quien tú quieras ser, ¿vale?- dice mi madre señalando la pulsera. Señalando mi pasado, mi familia y mi auténtica esencia. Yo solo asiento.
-Tranquilo, hermano. Yo me intentaré encargar de la caza hasta que tú estés de vuelta- afirma Rory omitiendo el detalle de que no voy a volver-. Te quiero-. Sé que le ha costado decir esas palabras, es igual de orgulloso que yo. 
-Yo también le ayudaré aunque mis conocimientos sobre el bosque sean escasos. Te echaré de menos, grandullón- dice Vick, él cual es más maduro que Rory aunque sea mucho más bajo y menos corpulento que nosotros dos, de ahí viene el apodo. Además es plenamente consciente de que no volveré, y definitivamente no lo haré.
Intento aguantar las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos. No puedo llorar, si lo hago me hará parecer débil y vulnerable, es decir, fácil de matar. También necesito el asqueroso dinero de los patrocinadores, y un tributo que llora fácilmente no es muy prometedor.
-Lo siento mucho, espero que estéis bien- digo lamentándome por dejarles en esta situación-. Os echaré de menos- Es lo único que puedo decir. Intento sonreír, aunque más bien creo que la supuesta sonrisa parece más una mueca extraña.
Inmediatamente entra un agente de la paz y ordena que salgan.
-¡No, Gale! ¡No! ¡Quédate aquí, conmigo!- grita Posy agarrándose más a mí.
-Niña, ¡vamos!- dice el agente de la paz duramente arrancándome a mi hermana de los brazos y empujándola de forma muy brusca hacia la puerta.
-¡Eh, ten cuidado! ¿Quién te crees para empujar a mi hermana de esa manera? Sabe caminar sola- digo tremendamente enfadado. Él se vuelve y se acerca demasiado a mí. En un actoreflejo me agacho, pero no lo suficientemente rápido.
Al instante, siento un fuerte dolor en el puente de la nariz, y cierro los ojos aguantando las lágrimas que amenazan con salir inconscientemente a causa del tremendo golpe que me ha dado el maldito agente.
-Para que aprendas a tener un poco de respeto, niño inútil- dice él con cierto aire de superioridad y saliendo por la puerta junto con Posy. Ella mira con expresión horrorizada mi nariz. Decido no responder al golpe del agente de la paz y calmarme, para poder despedirme de Posy apresurádamente.
-Te quiero, Posy. Sé valiente, pequeñaja, y recuerda que yo siempre estaré aquí- digo en el tono más tierno posible-. Seguro que serás una mujer preciosa- susurro para mis adentros.
-¡Yo también te quiero, Gale!- exclama entre grandes sollozos-. Seré la más valiente.
Y se va caminado despacio hasta que el agente cierra la puerta, separándome para siempre de mi familia. De mi sabia madre y de mis traviesos hermanos. Y de mi pequeñaja, de mi Posy.
Me siento en el sillón verde mientras todo la culpa recae sobre mí. Les he dejado. Les he abandonado en la extrema pobreza, y ahora no tendrán ni mi caza ni la de Katniss para alimentarse. He sido totalmente injusto, pero ¿qué podía hacer? No me perdonaría dejar a Katniss aventurarse sola hacia una muerte inminente en los Juegos. Espero que sobrevivan con la inexperiencia de mis hermanos con la caza y el paupérrimo salario de mi madre como lavandera.
No espero que venga nadie más, no tengo ganas de más despedidas desastrosas. Lo único que quiero es aclarar un poco mi mente.
Intento relajarme... pero, llaman a la puerta. Me sobresalto causando que mi nariz vuelva a sangrar nuevamente manchando el suave terciopelo del sillón y la lujosa alfombra del suelo.
Una chica de pelo rubio y ojos azules entra en la sala con la cara gacha. Está claramente avergonzada, sus pómulos teñidos de rojo intenso la delatan.
-¿Undersee?- pregunto yo, extrañado.
-Yo..yo so-solo quería...- dice levantando la cabeza y sus ojos se encuentran con mi nariz herida-. ¡Gale, madre mía! ¿Quién te ha hecho esto? ¿Estás bien? ¿Voy a por un pañuelo? Creo que tengo uno por aquí....
-Eh, tranquila, Undersee. Estoy bien, pero no me vendría nada mal un pañuelo- digo con una sonrisa ladeada.
-Por supuesto, toma uno- Me entrega un pañuelo de color rosa pálido con elegantes bordados en los extremos.
-Es demasiado femenino para mí, pero supongo que servirá para limpiarme la sangre- digo extiendo el pañuelo y llevándomelo hacia la herida- Por cierto, ha sido un agente de la paz. ¿Para que has venido?- pregunto sin darle las gracias. No necesita que se las dé, sabe perfectamente que estoy agradecido.
-De nada, por el pañuelo- dice un tanto enfadada, pero su cara se vuelve a poner roja al escuchar mi pregunta-. Pues... no lo sé muy bien. Supongo que para pedirte perdón por lo de esta mañana.
-Ah, eso. Da igual, en todo caso el que tendría que pedir perdón sería yo, pero disculpas aceptadas- digo moviendo la mano para quitarle importancia.
-¿Y...?
-¿Y qué?- pregunto confundido.
-Has dicho que tu me deberías pedir disculpas. Yo te las he pedido, ¿no crees que me tendrías que corresponder?
-Ohh, esto no funciona así, Undersee. Un Hawthorne nunca pide perdón por esas tonterías- afirmo de forma altiva.
-Haz lo que quieras, pero ¿no me podrías llamar Madge? No me gusta el apellido Undersee- dice molesta por mi tono.
-Por supuesto. Aunque no tendrás que preocuparte más de eso, me voy para no volver, por si no lo sabías. No te molestaré más cuando esté en una caja de madera- digo demasiado bruscamente, pero me ha echo saltar.
-Tranquilo, ya te dejo en p..paz- susurra mientras un par de lágrimas bajan por sus mejillas. Yo como un tonto, la abrazo.  No sé porque llora, pero lo único que quiero es hacer que pare. Odio esta parte sensible de mí.
-Shhh, tu estás bien. Estás a salvo. Katniss también lo estará. No te preocupes por un tonto y arrogante, aunque sexy, como yo, ¿vale Madge?- Me esfuerzo por no decir Undersee y la estrecho en mis brazos aún más fuerte al oírla llorar de forma más notable.
Entra un agente de la paz, no el mismo de antes, y nos ordena que nos separemos. Madge retira mis brazos suavemente de sus caderas y susurra:
-Echaré de menos al tonto, arrogante y sexy cazador.
Y se va por la puerta con una sonrisa triste y melancólica en los labios. Yo me pregunto qué acaba de pasar. He abrazado a la hija del alcalde, con la cual me llevo sumamente mal y no la soporto. Supongo que será que la situación me ha hecho ponerme demasiado sensible, pero no me puedo permitir algo así otra vez, o acabaré yo también entre sollozos.
No creo que venga ninguno de mis amigos, no soy tan importante para ellos como para que se despidan de mí. Dudo mucho que venga alguna chica, porque la mayoría o me odian por salir con ellas solo por diversión o simplemente tienen vergüenza de hablar conmigo.
Me dispongo a salir por la puerta aún con el pañuelo haciendo presión en la nariz cuando oigo pasos firmes dirigirse hacia la sala. Giro el pomo y me encuentro de frente con Peeta Mellark que está enfrente de mi puerta, dispuesto a entrar.
-Mellark- digo secamente aunque no lo conozco de mucho-. ¿Qué haces aquí?
-Protégela- me dice con un tono de voz claro.
-¿Qué?- pregunto extrañado. ¿A qué se refiere? ¿A Katniss?
-No te molesto más. Tú solo protégela, por favor- comenta tragando saliva y aspirando intensamente el aire de la sala. Se da la vuelta y camina por el pasillo del Edificio de Justicia camino a la plaza.
-Por supuesto que la protegeré. No lo dudes ni un instante- grito con todas mis fuerzas para que me pueda oír. No sé si se refiere a Katniss, pero yo sí, y con eso me sirve.
Esta curiosa conversación y mi afirmación anterior me ha hecho estar aún más seguro de mi idea inicial de que Katniss vuelva. 
Salgo de la sala con la cabeza alta y muy seguro de mi mismo. Intento admirar y recordar cada cosa del distrito 12 hacer una lista mental de lo que tengo que llevar en el corazón para acordarme de él. Él aroma especial del bosque, el Quemador, el sonido de el agua moviéndose en el lago, las aburridas clases de Historia de Panem, los dedos arrugados de mi madre a causa de tanto jabón y agua, la actitud tan parecida a la mía de Rory, la amplia y sincera sonrisa de Vick, el largo y suave cabello de Posy. Y también una maldita pregunta que inunda mi mente desde hace un par de minutos: ¿Peeta se estaba refiriendo a Katniss?
Soy estúpido, ¿cómo puedo pensar en eso en la situación en la que estoy? Voy a un jodido matadero no a uno de esos programas absurdos de cotilleo del Capitolio.

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Hei, hasta aquí llegó el capítulo ^^^¿Qué os pareció? ¿Os gusto la escenita Gadge Gale & Madge?
Espero vuestros comentarios y ¡feliz aniversario de los Juegos!